Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir qué somos y quién somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando fondo.
Gabriel Celaya
Para democratizarnos en altura,
nos talaron las piernas:
ciudadanos inválidos de un mundo raso
apenas alcanzábamos a mirar por la ventana.
¡La casa del leñador era tan grande!
Inventariamos cada gota de lluvia
siguiendo el superior criterio del dueño de la perspectiva;
seguros de que era lo correcto
tragamos aire hasta enfermarnos,
y al llegar la noche
nos robamos el frío unos a otros.
En el horizonte una chimenea infinita
seguía inventando nubes
para nuestro techo.
Obligados a arrastrarnos
nos hicimos del suelo,
con el suelo,
¡Éramos polvo habitado y había
utopía en los tiradores de todas las puertas!
Lamieron tierra nuestras lenguas
hasta secarse:
arena y piedras,
arena y piedras.
Fuimos del suelo,
con el suelo,
y creceremos ahora en este erial
abonado con futuros y carroña,
y ya no seremos hombres ni árboles:
fuimos ceniza
y seremos hierba.
Las hojas bastas
de sus hachas
serán inútiles.
Que gran verdad!!Bravo,comparto 😉 Saludos, Cabecitaloca.
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¡Me alegro de que te guste! Va un abrazo 😉
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Simplemente perfecto
Me encanta. Mucho
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¡¡¡Gracias!!!
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